En 2012 apareció en la popular plataforma de crowdfunding un proyecto que ilusionó a muchos que, como yo, disfrutaron como enanos de una saga de conducción delirante a la vez que tremendamente polémica.
Stainless Games prometió sacar a Max Damage para volver a ponerlo al volante de su Red Eagle. Un nuevo Carmageddon estaba en el horno, un juego que, además del toque nostálgico, prometía a los fans de la saga muchas cosas, entre ellas estar disponible para GNU/Linux.
Carmageddon Reincarnation vio la luz en 2014 como un early access que parecía no terminar nunca y que tuvo que evolucio